Hoy quiero compartir contigo una hermosa reflexión sobre la alimentación, que es uno de los cinco pilares del yoga. Recuerda que los otros cuatro son: 1) respiración adecuada (Pranayama), 2) ejercicio adecuado (Asanas), 3) relajación adecuada (Savasana) y 4) Meditación y actitud positiva (Vedanta & Dhyana).
El Ayurveda, ciencia hermana del yoga, nos enseña que tanto el cuerpo físico como el sutil (o energético) están conformados por los 5 elementos que componen el universo: tierra, agua, fuego, aire y éter o espacio.
Muchas veces pensamos que nuestro cuerpo es estático, como una piedra que se va gastando con el tiempo hasta que desaparece convertida en polvo. No obstante, nuestro maravilloso cuerpo es más como un río, un flujo constante que cambia sin interrupción.
¿Sabías que el estómago se renueva completamente cada 5 días y la piel cada 5 semanas? Incluso el esqueleto es nuevo cada 3 meses. El cuerpo que vemos hoy frente al espejo será uno completamente diferente dentro de un año.
Los cinco elementos que conforman nuestro cuerpo son el río que fluye constantemente desde y hacia la naturaleza:
Tierra: obtenemos este elemento a través de los alimentos que nos provee generosamente la madre tierra. Se convierten en tejidos y huesos, abandonan el cuerpo a través del excremento y alimentan de vuelta a la tierra.
Agua: la tomamos de los alimentos y las bebidas; forma los líquidos del cuerpo como la sangre y la linfa; y se expulsa a través de la orina, el sudor y las lágrimas, de vuelta a su origen.
Fuego: recibimos este elemento de los rayos del sol y de los condimentos que ingerimos, formando el fuego interno (Agni) responsable de los procesos de transformación de nuestro cuerpo como la digestión, tanto de la comida como de los pensamientos y emociones. Sale a través del calor corporal.
Aire: lo adquirimos de la atmósfera por medio de cada inhalación y forma la parte gaseosa y sutil de nuestro cuerpo, hecha de prana o energía vital. Con cada exhalación devolvemos dióxido de carbono a la atmósfera, que a su vez es el alimento de las plantas. Y para completar el ciclo de la naturaleza, estas devuelven el oxígeno que necesitamos para vivir.
Éter: es el elemento en el que todo ocurre, el soporte de los demás elementos. En el cuerpo humano, se expresa a través de los espacios vacíos. El vacío en los intestinos, las venas y arterias, la vejiga y los pulmones está lleno de éter.
Ser conscientes de que somos un microcosmos del universo, hechos de los mismos elementos que se crearon en las estrellas hace millones de años y que han conformado otros seres una y otra vez hasta llegar a nosotros, ¡es una conexión fabulosa!
Nuestros cuerpos son una maravilla del universo y una pieza del ciclo de la naturaleza, que recibe y entrega para que todos los seres sigan existiendo. Estamos conectados con todo porque somos de todo.
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